NUEVA YORK.— Vivimos en una época en la que todo está disponible en cualquier momento.
Solo con tu teléfono, puedes pedir comida, apostar en deportes, leer esta historia, ver porno, chatear con un amigo, chatear con un desconocido, chatear con un enorme modelo de lenguaje o comprar un coche.
Anna Lembke dice que toda esa comodidad y abundancia nos están haciendo menos felices, y hay muchas investigaciones que la respaldan: en el mundo desarrollado, estamos más solos, más ansiosos y más deprimidos que nunca..